La Libertad.
En la ladera del monte Ezkaba (Navarra), a la sombra del penal franquista de San Cristobal, los presos asesinados o que morían por enfermedades derivadas de su cautiverio eran enterrados con una botella entre las piernas.
Dentro, un simple papel recogía su nombre y las causas de su condena y muerte.
A ese pedazo de tierra se le conoce como "El cementerio de las botellas".
Dentro, un simple papel recogía su nombre y las causas de su condena y muerte.
A ese pedazo de tierra se le conoce como "El cementerio de las botellas".
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